Chad Carey
Co-fundador y Director Gerente de Chimu Adventures
Chimu Adventures nació de un viaje que hice con mi novia, ahora mi esposa, hace ya veinte años. En ese momento vivíamos en Londres, pero hacía demasiado frío, queríamos algo diferente. Por eso viajamos a Sudamérica durante seis meses. Fuimos a Brasil, Bolivia, Perú, Chile y Argentina, pero pasamos la mayor parte del tiempo en Perú.
En ese viaje fuimos a Máncora, Huaraz, al lago Titicaca, Iquitos, Arequipa y a Cusco un par de veces. Incluso vivimos en Lima por cuatro meses enseñando inglés. Fuimos a todos lados, siempre viajando por nuestra cuenta, porque no gustaban ninguno de los itinerarios que nos ofrecían cuando estábamos en Londres. Todos eran iguales y muy aburridos.
Así que viajando por Perú pensé que había una oportunidad para abrir un negocio más enfocado en la cultura y en experiencias más profundas. Esa fue la principal motivación para hacer Chimu. Especialmente porque hace 20 años el turismo en la región no estaba tan desarrollado como ahora.
Por ejemplo, yo estaba encantado con Huaraz, pero nadie fuera de Perú sabía dónde quedaba, había apenas un par de hoteles ¡así que claro que había una oportunidad! El problema era que no tenía dinero. Cuando regresé a Australia contacté a mi amigo Greg, y empezamos con muy poco.
Primero tratamos de crear un sitio web que tuviese una variedad de itinerarios, que fuesen originales y realmente divertidos. Perú tenía mucho por ofrecer, más allá de Cusco. Pasamos seis meses armando esos itinerarios desde Australia, contactando con aliados locales. Entonces tuvimos la terrible idea de pagar 5 mil dólares por una publicidad en un periódico impreso en Sídney: no conseguimos ni un solo cliente.
Después de este fiasco, decidimos intentar la publicidad digital. Era muy arriesgado porque en ese momento nadie le pagaba a Google por sus anuncios y ya habíamos perdido dinero. Pero ninguna compañía de viajes estaba anunciando en internet, así que invertimos todo lo que nos quedaba en anuncios de costo por clic (CPC). El experimento fue tan positivo que Google nos usó en un video promocional como una historia de éxito.
Esa fue la manera que tuvimos de crecer. Empezamos con 200 pasajeros y todo lo que ganábamos lo invertíamos en publicidad. Fue una experiencia muy divertida y diez años después ya teníamos una oficina en Cusco, una en Lima y nos embarcamos en la aventura de hacer un hotel.
En ese momento, ya teníamos muchos años de experiencia, sabíamos lo que nuestros clientes querían y lo usamos para diseñar y construir un hotel con lo que necesitaban. Así nació Casa República, cuyo primer huésped fue nada más y nada menos que el primer ministro australiano Malcolm Turnbull.
En esa oportunidad algo que pudo salir muy mal, realmente salió muy bien porque habíamos tenido retrasos para culminar la obra y en apenas dos semanas pasamos de tener un desastre de vigas, ladrillos y tablones a crear una habitación con todo el mobiliario. La habitación quedó perfecta, mientras el resto del hotel era un completo desastre. Todavía la llamo la habitación de Malcolm Turnbull porque está justo en la parte delantera del hotel y fue lo primero que se terminó antes que todo lo demás.
Con el primer ministro vinieron unos 20 periodistas que nos entrevistaron y terminamos en todos los noticieros de Australia. Creo que la mayoría de las personas no lo recordará, pero nuestras familias y amigos lo vieron en las noticias. Además, fue una promoción extraordinaria para Casa República.
Así que, aunque nunca me mudé de Australia, he pasado muchos momentos increíbles en Perú. Amo la Amazonía peruana y mi plan favorito cuando voy a Perú es recorrer Lima y pasar todo el día comiendo en sus increíbles restaurantes o en festivales gastronómicos como el Mistura. Nunca he visto nada parecido en el mundo. Mi plato favorito es el ají de gallina y mi palabra peruana favorita es chela.
Texto por Melanie Pérez Arias