Fiona Sartain y Manuel Arenas

Familia peruano-australiana

La historia de esta familia es la de dos caminos destinados a cruzarse. Fiona y Manuel se conocieron en agosto 2016 en Chalhuahuacho (Apurímac), en un autobús que viajaba de la mina Las Bambas hacia Cusco, cuando ambos trabajaban en la empresa minera. Fueron nueve horas de camino en las que no dejaron de hablar ni un minuto. Fiona era parte del área de desarrollo social en la mina, y Manuel trabajaba en el equipo de finanzas en Lima.

Luego de esas primeras nueve horas, todo pasó muy rápido. Dos días después tuvieron su primera cita. A los dos meses se mudaron juntos. A los siete meses, en abril del 2017, se comprometieron, y a finales de ese año se mudaron a Australia; en 2018 se casaron en los dos países; y en 2021 nació su primer hijo, Nicolás, quien espera a su hermano menor para mediados del 2023.

Fiona no es una australiana típica. A los 12 años su familia se mudó a Argentina, viajaban mucho por la región por el trabajo de su padre. También vivió y trabajó un tiempo en México y en España; por lo tanto, tiene muchos años inmersa en la cultura latina y habla un español perfecto.

Manuel, por su parte, tampoco es un peruano típico. Pasó los veranos de universidad en EEUU donde aprendió inglés y se dio cuenta de que quería vivir fuera de su país. Sin embargo, Australia siempre llamo más su atención. Por eso, aplicó a la beca Pronabec para una Maestría en Gerencia de Proyectos en la Universidad de Adelaide donde, tras obtener la beca, vivió 18 meses.

En julio 2014, al culminar su maestría, Manuel regresó a Perú. Su experiencia en Australia lo ayudó a conseguir un trabajo en la minera las Bambas en septiembre de 2014. Por su parte, Fiona llegó a Perú en julio de 2015, luego de culminar su Maestría en Paz y Resolución de Conflictos.

En ese entonces, Fiona tenía dos opciones en su mente: comenzar una carrera diplomática o trabajar en minería. Por eso hizo sus prácticas en la embajada de Australia por 5 meses para luego, en enero de 2016, comenzar su carrera en Las Bambas, en el inicio de operaciones de la mina.

Siete meses después Manuel y Fiona se conocieron en el bus y el resto es historia. Hoy en día viven en Melbourne, Australia con el pequeño Nicolás y esperan un segundo bebé. Allí han encontrado en una cultura rasgos de la otra y formado una familia llena de tradiciones peruanas y australianas

—Eso sí, en la casa solo se habla español. Para nosotros lo más importante es que Nicolás y su hermano hablen español, porque el inglés lo aprenderán al vivir en Australia.

Su vida en familia es un reflejo de ambas culturas. Como buen latino, Manuel pone música todo el día, desde música peruana y rock en español de los 80 y 90, así como rock australiano, especialmente INXS, su banda australiana favorita. Fiona, por su parte, se asegura de que siempre haya Vegemite en casa, y una pavlova en fiestas familiares, por ser el postre australiano típico). En casa, los partidos de la selección peruana son tan imperdibles como los partidos de los Wallabies, la selección australiana de rugby.

La familia planea volver al Perú al menos cada año y medio para que sus hijos no pierdan la conexión con la cultura y familia peruana. Fiona y Manuel coinciden en que abrazar sus culturas no solo es necesario para el éxito de su relación, sino que también es clave para darle a sus hijos una visión de vida con tolerancia, respeto y empatía hacia los demás.

Texto por Melanie Pérez Arias