Flor Thornberry de Reyna
Asociación Australiana de Mujeres Hispanas (AHWBN)
Llegué a Australia en marzo de 1989 con mi esposo y nuestros cuatro hijos. Era la época del terrorismo de Sendero Luminoso y Australia nos daba la oportunidad de aplicar a visas de trabajo. El proceso duró un año y medio, pero pudimos irnos todos juntos, con la suerte adicional de que en Sydney nos encontramos con una segunda familia: la comunidad de peruanos en Australia.
En los años 60 y 70 hubo una ola de migración de peruanos que se integraron por completo a la cultura australiana porque la mayoría se casaron con australianos, pero no formaron vínculos entre sí. Para quienes llegamos en los 80 y 90 fue distinto, porque éramos familias peruanas completas que compartíamos raíces comunes: huíamos de la violencia, teníamos niños en edad escolar y trabajábamos todo el día.
Por eso, cuando escuchábamos a alguien en la calle hablando en español enseguida nos acercábamos a entablar conversación. Ahora pienso que era un movimiento arriesgado, porque era gente desconocida, pero cuando estás lejos aprovechas cualquier excusa para reconectar con tu raíz.
Al poco tiempo conocimos a un grupo comunitario latino que organizaba eventos culturales, con música y baile de los diversos países de América Latina. Mis hijas y yo fuimos invitadas a participar en algunos de esos eventos bailando Festejo, Marinera y Huayno. Eso significaba mucho para nosotras que siempre habíamos cultivado estas danzas en Perú.
Además, quería dejar en mis hijos un sentido de continuidad. Emigrar no significa borrar tu pasado. Como individuo necesitas saber quién eres, a dónde vas, por qué estás aquí, eso da una dualidad que es, en realidad, una ventaja. Para mí era importante que ellos sintieran que pertenecían a ambos países.
Estas oportunidades, así como la relación que entablamos con la comunidad peruana que conocimos, me dio la idea de crear una Asociación Australiana de Mujeres Hispanas que hubieran sobresalido en su vida profesional o personal, apoyando la integración de las dos comunidades. Así nació la Asociación Australiana de Mujeres Hispanas (Australian Hispanic Women’s Business Network – AHWBN) que existió durante diez años. Iniciamos en el año 2005 con alrededor de diez mujeres peruanas y, poco a poco, cada una fue trayendo una amiga de habla hispana, hasta que nos convertimos en un gran grupo de mujeres exitosas de diversas nacionalidades latinas. Ocasionalmente apoyábamos a mujeres hispanas recientemente llegadas que nos buscaban y compartían sus temores.
Mi esposo y yo tenemos muchas parejas de amigos peruanos y latinos. Como es de suponer, nos reunimos con frecuencia compartiendo comida y música peruana. Además, nos ayudamos y apoyamos en la medida de lo posible. Si alguien necesita un favor, hay una emergencia o una celebración, ahí estamos. Todos nos damos la mano, porque entendemos que en realidad no tenemos familias acá. Así que confiamos en los amigos. De hecho, los cónsules peruanos que llegan por aqui dicen que somos una comunidad bastante diferente a los peruanos en el resto del mundo. Estoy muy contenta de pertenecer a este grupo y de tratar de integrar a la familia diplomática cuando llega a Australia.
Texto por Melanie Pérez Arias