Martha Jimenez

Magister en Gestión Ambiental de la Universidad de Queensland

Llegué a Brisbane desde Lima en febrero de 2020 para cursar mi maestría en Gestión Ambiental en la Universidad de Queensland. Sí, unas semanas antes de que se declarara la pandemia.

Un año antes había ganado la “Beca Generación del Bicentenario” que otorga el Pronabec y que me permitió elegir entre las mejores universidades del mundo. ¿Por qué me decidí por Australia? No solo porque tiene uno de los mejores programas de gestión ambiental del planeta, sino también por su clima, sin condiciones extremas de frío o calor. Es parecido al limeño, solo que con un poco más de lluvias.

Además, como bióloga, me sentía fascinada por su biodiversidad. Sí, por la fauna y flora. ¡Por la barrera de coral!, esa suerte de purificador natural del agua de los océanos.

Como peruana, me siento afortunada, pues he nacido en un país biodiverso. Tenemos diferentes pisos altitudinales, lo que genera microclimas. Nuestra variedad geográfica va de la costa a la selva, pasando por montañas que superan los 5.000 metros sobre el nivel del mar. Y como yo quería conocer aún más, hice por eso mi tesis de maestría sobre los bosques subtropicales o rainforests, vestigios que datan de cuando los continentes estaban unidos en la Pangea.

Cuando las placas se separaron, una parte del rainforest se quedó en África y, otra más pequeña, en Australia. Estamos hablando de hace miles de años atrás.

Tener la oportunidad de estudiar lugares con una historia de biodiversidad tan antigua, y también los efectos que el cambio climático están teniendo sobre ellos -a propósito de los incendios forestales de 2019-, ha sido increíble para mí. Además, la Universidad de Queensland tiene un excelente programa de investigación, orientado a la conservación, minería y comunidades nativas, áreas que me interesan y en las que hoy trabajo.

No tenía intenciones de quedarme a vivir en Australia. Cuando llegué, apenas tuve tres semanas de normalidad, pues enseguida cerraron las fronteras debido al coronavirus. Fueron años raros, de recibir clases virtuales o asistir a clases presenciales con precauciones extremas. Aunque, como la universidad es muy multicultural, siempre se mantuvieron las actividades de integración. Eso me permitió encontrar una hermosa comunidad de latinos con la que me reunía en el campus, porque, cuando estás lejos de tu gente, esas personas se convierten en tu familia.

Mi universidad me encantaba. Participé activamente con ideas de innovación, lo que en 2021 me llevó a participar en el 14avo Coloquio Latinoamericano. Les compartí mi perspectiva sobre los cambios en la educación post COVID-19. Fui la única estudiante peruana como panelista.

Luego de terminada la Universidad tuve la oportunidad de trabajar en una mina de la empresa Angloamerican como Superintendente Ambiental. ¡Vaya que experiencia! Era la responsable de cuidar el medio ambiente alrededor de la mina. Actualmente, he regresado a Brisbane y trabajo para una consultora ambiental viendo temas mineros y de energías renovables. Australia brinda muchas oportunidades para profesionales de diversos ámbitos, te recibe con los brazos abiertos y te hace sentir segura. Es una sociedad muy diversa, tal como su naturaleza.

Texto por Melanie Pérez Arias