Mercedes Aráoz Fernández

Economista, profesora de la Universidad del Pacífico y segunda vicepresidenta de la República (2016-2020) 

Mi primer encuentro con colegas australianos fue gracias a los espacios de debate y propuestas del Consejo de Cooperación Económica del Pacífico (PECC, por sus siglas en inglés), en donde nos reunimos académicos de universidades de la región Asia-Pacífico, para contribuir con ideas al desarrollo de la región. Era 1998 y yo era parte del cuerpo de docentes de la Facultad de Economía de la Universidad del Pacífico.  

La tarea que nos encomendaron fue elaborar los principios de competencia del Foro de Cooperación Económica Asia- Pacífico (APEC), antes siquiera de que Perú participara en él como miembro formal. 

Fue la primera vez que descubrí la visión compartida que tenemos los peruanos y los australianos sobre la economía y el comercio exterior. Muchos de los académicos participantes se sorprendieron de que en Perú ya aplicáramos de manera activa modernas políticas de competencia en nuestra economía, a pesar de ser un país pequeño y en desarrollo. 

El trabajo conjunto con los australianos me permitió conocer parte de su cultura. Y cuando estuve en Sídney, terminé de confirmar la importancia que le dan a su pasado aborigen y también a las expresiones más cosmopolitas. 

Tuve la fortuna de asistir a un espectáculo en la Ópera de Sídney. Aquella noche pude disfrutar del talento de la soprano neozelandesa Kiri Te Kanawa. Fue un show muy lindo que todavía recuerdo. 

Algo que me gusta de los australianos es que son gente alegre, muy divertida, fresca y suelen ser muy sinceros. Transparentes y entregados con sus tareas, además de muy sensibles a los temas sociales. 

He conocido a australianos del mundo académico, empresarial y político, y todos comparten una muy buena calidad humana. Es lo que me pasó con los embajadores Crispin Conroy, John Woods y Diana Nelson. Son personas que vinieron a representar a Australia, pero también a hacer amistades y generar posibilidades de desarrollo conjuntas y con quienes mantengo contacto aún. 

En uno de mis cumpleaños, organicé un viaje con Diana Nelson. Nos fuimos a Ica a ver sus inigualables paisajes desérticos y rurales, conocimos el impresionante desarrollo agroexportador del Perú, ganando terrenos al desierto y también el desarrollo industrial de la zona. Visitamos una empresa textil y de confecciones que llega a los mercados del mundo por ser una empresa B que aplica plenamente la economía circular, preservando el ambiente y teniendo políticas laborales sólidas. 

Diana estaba feliz porque también pudo dialogar con agricultores peruanos que están inmersos en la exportación de mandarinas, paltas y otros productos agrícolas hacia Australia y trabajadores industriales que sabían que sus productos llegaban a las manos de consumidores australianos. 

Anteriormente, cuando fui ministra de Comercio Exterior y Turismo, me enfoqué mucho en fortalecer nuestro trabajo conjunto con Australia. Nuestra insistencia en tener un acuerdo bilateral no se logró en ese momento, pero ahora podemos ver algunos resultados del Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico (CPTPP). 

Agradezco, además, que gracias a nuestra fuerte relación bilateral el ministro de comercio australiano fue un gran promotor de la participación del Perú en el grupo Cairns en la OMC, donde trabajamos para lograr mejores reglas en el comercio agropecuario. 

Vale la pena agregar que en zonas como Ayacucho y Huancavelica en la Sierra peruana, por ejemplo, se hizo un intenso trabajo para que las pequeñas empresas agrícolas pudieran armarse en consorcios exportadores. Estas organizaciones les facilitan los servicios de empaque, manejo del frío y la venta en el exterior. Ellos exportan al Asia- Pacífico y nada de eso fuese posible, si no hubiéramos hecho el acercamiento comercial con toda esa zona, incluyendo a Australia. Y las posibilidades siguen abiertas gracias a las estupendas relaciones entre ambos países.

Texto por Melanie Pérez Arias