
Sofía Mulánovich
Tres veces campeona mundial de surf
Cuando ves a un niño salir del mar, después de haber surfeado una ola, tiene la sonrisa más linda del mundo en la cara. Lo sé porque durante tres años entrenamos a más de treinta niños peruanos en el Proyecto Sofía que hicimos con la marca Swatch y el apoyo de la embajada de Australia en Perú.
Mí vínculo con Australia se remonta a mis inicios en el surf. Fui por primera vez a los 15 años para un campeonato en World Surf League Championship Tour (WSLCT). Desde ese momento empecé a ir todos los años y me quedaba por meses surfeando con mis amigas australianas. Sabía que para sobresalir en el deporte tenía que medirme con las mejores atletas del mundo y aprender más del profesionalismo de este deporte. Nos íbamos a Gold Coast, a Melbourne, a Western Australia, a Sídney. Mi playa favorita es Snapper Rocks, ahí he ganado campeonatos, es muy especial para mí.
Justo en 2013 dejé el Tour Mundial, después de 11 años de estar compitiendo por el mundo. En ese momento Brodie Carr era el CEO de World Surf League y me dijo que la marca internacional de relojes Swatch quería patrocinar un proyecto de surf con niños. Fue como si todas las piezas cuadraran: yo tenía años queriendo devolver todo el cariño que había recibido de mi gente en Perú, quería hacer más por el surf peruano así que nos pusimos a trabajar.
De regreso en Perú, Brodie invitó al embajador australiano Nick McCaffrey al Mundial de Surf en Punta Roca, donde Perú salió campeón mundial. Nos conocimos y hablamos del Proyecto Sofía que ya tenía más forma, pero todavía nos faltaba apoyo: queríamos entrenar niños peruanos en situaciones vulnerables que quisieran practicar pero no pudieran acceder al surf por falta de recursos.
Aunque el surf no es un deporte elitista, los chicos necesitan tablas, trajes, traslados y sobre todo un buen entrenamiento para estar seguros en el agua. Esto era lo que yo quería darles. Al embajador le pareció una idea tremenda y nos apoyó para conseguir recursos del Coalar Funds que nos permitieron no solo poner en marcha el proyecto, sino llevar a los chicos a Australia.
Los llevamos a dos campeonatos de WSLCT, fueron a Bells Beach y al Gold Coast. Lo más emocionante fue que pudieron conocer a sus ídolos. Jhonny Guerrero, quien fue uno de los alumnos más destacados del proyecto, conoció al 11 veces campeón mundial, Kelly Slater. Conversaron con Stephanie Gilmore. Varios de los atletas les regalaron equipos autografiados y contestaban sus preguntas. Era como estar en los Oscars del surf y creo que eso los motivó muchísimo a seguir adelante.
De hecho, en 2017 Jhonny Guerrero, Lara Barrios y Daniela Rosas recibieron becas de Australia para estudiar en el High Performance Center donde entrenan los mejores surfistas del mundo. Allá compartimos con los entrenadores australianos del equipo nacional y preparamos a los chicos para participar en la Junior WLS.
Antes de esto ya habíamos participado en un evento con los surfistas de Alto Perú, siempre con el apoyo de la embajada de Australia. Fueron unos años muy activos y no hubiera sido posible sin el apoyo de la embajada.
En retrospectiva, el Proyecto Sofía ha sido uno de los más satisfactorios de mi carrera. Fuimos con los chicos tres veces a Australia, los llevamos a California, hicimos eventos en el norte del Perú. Hicimos tanto en apenas tres años que parece más tiempo. Allí descubrí que lo que más me gusta en la vida es darles ese empujón a los chicos para correr tabla y que se convierta en algo importante para ellos.
Además, su pasión por el deporte me inspiró para asumir el reto más grande de mi carrera hasta ahora: ir a unas olimpiadas. Cuando me enteré de que el surfing se volvió un deporte olímpico mi primer pensamiento fue “uy, ¿por qué no fue hace cinco años?”. Cuando estaba en el tour, estaba en mi prime y tenía la oportunidad.
Pero una de las lecciones que aprendí de los chicos en el Proyecto Sofía es que siempre hay que intentarlo todo. Gracias a mi campeonato mundial de la ISA en 2019, pude clasificar a las Olimpiadas y fue un sueño hecho realidad, en un contexto muy raro porque estábamos en pandemia. Pero fue una experiencia única que voy a poder contarle a mi hijo. También quiero llevarlo a Australia cuando esté un poco más grande. Creo que le va a encantar y sería un sueño correr algunas de esas olas juntos.
Texto por Melanie Pérez Arias