Úrsula Andrea Harman Canalle

Becaria AusAID, exregidora de la Municipalidad de San Bartolo

Australia tuvo todo que ver con mi decisión de no vivir en Lima cuando regresé a Perú en 2017. Había estudiado en Brisbane, primero inglés y luego un doctorado de cuatro años en la Universidad de Queensland, gracias a una de las becas llamadas Australia Awards Scholarships for Latin America (AusAID).

Mi tiempo en Australia fue definitivamente feliz gracias a los amigos que hice entre la comunidad latina de la universidad y a todo el tiempo que pasé en la naturaleza. Me encantaba esa sensación de estar caminando por la ciudad, escuchar un ruido entre los arbustos y no saber qué esperar. Podía ser un murciélago, una zarigüeya, un pavo.

Por ello, cuando mi asesora del doctorado me recomendó hacer un voluntariado para una investigación en temas de agricultura, no lo dudé. Así que hice trabajo de campo en la parte rural de Queensland, donde ningún turista va. Conocí muchas familias de granjeros. Pude escuchar sus experiencias de primera mano, lo que fue muy bueno para mi investigación, pero también pude comprobar el cliché de que estás manejando por una carretera y se te cruzan los canguros o los emú, que son como los avestruces. Era una cosa maravillosa ver cruzar a toda una familia de canguros.

Desde el punto de vista académico también fue muy importante porque conocí a los asesores de mi tesis de doctorado, Helen Ross y Jim Cavaye, especializados en el desarrollo de comunidades rurales. Mi relación con ellos fue muy buena y enriquecedora. Todavía conservamos la amistad. De hecho, con Helen trabajamos juntas en un proyecto en Bolivia y pude mostrarle San Bartolo cuando vino a Perú.

Siempre digo que esos años en Australia me prepararon para el rol de concejala de la Municipalidad de San Bartolo, porque allá los ciudadanos realmente se involucran en los temas públicos. Cuando regresé a Perú con mi esposo, que también había estudiado en Australia con una beca, conversamos sobre dónde establecernos. Lima, como todas las ciudades latinoamericanas, nos abrumó de inmediato. Entonces nos quedamos en San Bartolo, porque aquí está la casa en la que siempre hemos veraneado.

Veníamos con la perspectiva de instalarnos por un tiempo, pero yo tenía ganas de participar en temas con la comunidad, así que empecé a colaborar con un grupo de amigos que eran artistas de la zona y eso llevó a que me propusieran participar en la lista como regidora en las elecciones de 2018.

San Bartolo tiene muchas limitaciones en cuanto al presupuesto, pero se han logrado cosas muy buenas. Una de las metas era impulsar el gobierno digital. En ese contexto, nace el concurso Empoderando Ciudadanas Digitales para premiar a las mujeres que tuvieran las ideas innovadoras para mejorar los servicios del aplicativo digital llamado San Bartolo Ciudadano. Este proyecto ganó el Australia Alumni Change Agent Awards 2022.

Además, como regidora de San Bartolo, y desde mi experiencia académica, pude impulsar la protección de las Lomas de Cicasos, a través del vínculo con las universidades y el PNUD para levantar información, hacer investigación, tener documentos y herramientas de gestión que avalen un turismo sostenible en las lomas, tal como vi que sucedía en áreas protegidas de Australia donde las personas disfrutaban de la naturaleza preservándola para el futuro.

De hecho, ahora trabajo como catalizadora de procesos de innovación que permitan un nuevo contrato social con la naturaleza desde la Wyss Academy for Nature, eso lo combino con mis labores de docente en la Pontificia Universidad Católica del Perú y  en la UTEC.

Tengo tanto que agradecer a Australia y, ahora que soy madre, me encantaría que mi hijo conozca y estudie también en ese país donde su mamá y su papá fueron tan felices.

Texto por Melanie Pérez Arias